En ‘Personas con miga’ conoceremos a personas soñadoras, inquietas y aventureras. Queremos saber cómo alimentan su creatividad. Hoy mojamos el pan en Marta Vargas, diseñadora gráfica, directora creativa y fotógrafa de Deriva.
Deriva fue su proyecto final de carrera. El único requisito que le exigía la escuela era que estuviese relacionado con la velocidad. Un día, de camino a la universidad, se dio cuenta de que nunca había observado la ciudad con calma, que después de tres años viviendo en Barcelona seguía haciendo los mismos recorridos cada día, con prisa y sin apenas observar lo que le rodeaba. «De repente algo hizo ‘click’ en mi cabeza, empecé a investigar y encontré estudios que se habían hecho sobre la observación de la ciudad y descubrí la psicogeografía, un campo de la geografía que estudia como el entorno urbano interfiere en nuestras emociones y comportamiento». Una de las estrategias de la psicogeografía es la Deriva, que consiste en pasear sin objetivo específico y sin destino, simplemente siguiendo la llamada del momento y dejándose llevar.
«Si Deriva fuese un desayuno sería fruto de un paseo improvisado: el pan de la panadería de ese callejón al que nunca has entrado, la fruta del mercado que se encuentra en sentido opuesto a la ruta que sueles tomar, la leche y el café del supermercado local que siempre habías obviado». A Marta le gusta desayunar acompañada. «Siempre es mejor. Además, me encanta que me preparen el desayuno y me sorprendan con cosas que no suelo tomar normalmente».
En la mesa de desayuno de Marta hay ingredientes intocables. «Nunca falta muesli o granola con yogurt y semillas de chia». Entre semana desayuna en la oficina con el sonido de la música, la radio o la charla de fondo de sus compañeros, pero los fines de semana disfruta de hacerlo en casa. «Aquí es más tranquilo, suelo desayunar en silencio y con la ventana abierta para escuchar el canto de los pájaros». Un sonido muy evocador para empezar el día. Pero, puestos a soñar el desayuno perfecto, Marta lo dibuja así: «con mi chico, en una casa en el medio de la naturaleza, con la brisa de la mañana, con mucha fruta fresca, pan casero y el olor de un buen café».
Fotografía: María Solares y Marta Vargas
¿Y para vosotros cuál sería el desayuno ideal?
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