Cada vez me gusta más cenar en casa y que las reuniones jaraneras sean alrededor de mi mesa o de la mesa de una amiga. Antes era impensable quedarnos el fin de semana cenando en casa, había que salir o salir y supongo que ahora que una se va haciendo una mujerzuela y cambia la perspectiva, sumado a que algunas de mis amigas ya son mamás, un fin de semana se cena fuera y otro dentro. Por eso hoy os cuento la cena perfecta para disfrutar con amigas en casa.Hace unos cuantos fines de semana invité a unas amigas a cenar en casa, quería hacer una cena colaborativa y disfrutar entre risas y confidencias. Lancé la idea de que fuera una cena de pamboli, el pamboli es muy típico en Mallorca y es tan sencillo como pan moreno con tomate frotado, aceite de oliva y embutidos. Así que la propuesta era que cada una de las asistentes tenía que traer un embutido, el reto era conseguir encontrar embutidos especiales, bien por el tipo o bien por la calidad del producto. El resultado fue sobresaliente.
Yo, como anfitriona, puse la base. De picar, empanadas y cocarrois caseros típicos de la isla. Pan moreno artesano, aceitunas mallorquinas, fonoll marí, dátiles, tomates de ramillet, aceite virgen extra casero y dos botellas de vino mallorquín. Además de decorar la mesa y preparar el ambiente con detalle, ya sabéis que eso me fascina así que con cuatro cosas la mesa lucía y la estancia tenía un clima acogedor.
Música instrumental, unas cuantas velas encendidas, flores naturales y varios puntos de luz. Para la mesa, una vajilla cuadrada de cristal transparente que iba directamente sobre la mesa de madera, sin manteles ni parafernalias, rústico y natural. Las servilletas de color aguamarina y una tabla bastante grande de bambú en el centro en el que iban todos los embutidos. El pan lo puse en un molde de puding de metal y las aceitunas -por cierto, hechas por mi madre- iban en un tarro de cristal, igual que el fonoll marí.
Llegaron mis amigas y con ellas un despliegue de embutidos bonitos, cada una orgullosa de su aportación. Butifarrones, queso mallorquín, una cecina deliciosa, jamón serrano y queso rojo con cominos. Y a partir de ahí a disfrutar de comer, brindar y charlar.
Fijaos de qué manera una cosa tan sencilla puede convertirse en algo especial, tan sólo cambiando las normas. ¿Os animais? Yo hice una pamboliada pero hay miles de opciones, ¡me encantará saber qué hacéis vosotras!.
Este fin de semana es perfecto para una plan así, ¡sed felices!
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