¿Tienes la sensación de que el mundo va demasiado deprisa? ¿Las semanas se pasan volando? ¿Le faltan horas a tus días? Si has respondido “sí” a las tres preguntas… ¡Estas atrapada en el la Fast Life! Nuestra recomendación: ¡Baja el ritmo! Por qué no empezar con la comida. Únete al movimiento Slow Food, aprende a comer con los cinco sentidos, disfruta de todo el proceso.
Elige con mimo los alimentos, cocina con calma, comparte el momento con tu familia, con tus amigos y ¡apaga la tele!. Presta atención a tu plato, saborea los alimentos.
Alimentarse en el sentido de Slow food significa comer con atención, valorar la calidad y procedencia de las materias primas y el modo de cocinarlas. Pero Slow Food es mucho más, es una organización global, que une el placer de la buena mesa con el compromiso hacia las comunidades locales y el medio ambiente.
El Slow food defiende la agricultura orgánica, cultivar de forma sostenible, optar por productos locales y comprarlos en la estación que realmente les corresponde. Recuperar y catalogar sabores olvidados y productos excelentes en peligro de extinción como: el arroz sénia, la patata gorbea o la gallina del penedés.
El Slow Food trabaja a lo largo y ancho de todo el mundo para proteger la biodiversidad alimentaria, crear vínculos entre productores, consumidores y concienciar a la sociedad.
Te animo a que le eches un vistazo a la campaña Food Revolution Day, que culminará el 15 de mayo y que lucha por incluir la educación alimentaria en las escuelas. El promotor es el cocinero inglés Jamie Oliver, que después de recorrer el mundo y teniendo en la mano datos alarmantes de obesidad infantil decidió poner en marcha esta petición.
«Enseñar a los más pequeños la importancia de una buena alimentación de una forma práctica y divertida es la mejor forma de poner a su alcance las habilidades y conocimientos que necesitan para llevar una vida más saludable y feliz» – Jamie Oliver
Y con esta frase de Jamie Oliver nos despedimos hasta el mes que viene con un nuevo consejo: conseguir una cocina sostenible y libre de plástico.
Rut y Nahir de Esturirafi.
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