‘Viajar a Japón’ es una de las frases que tengo sin tachar en mi lista de ‘cosas pendientes para ser feliz del todo’. Quizá lleváis desde febrero echando moneditas en un bote para sorprenderme en mi cumpleaños (18 de agosto) con un viaje a Japón y os acabo de destapar la idea. No os preocupéis, podéis seguir con el plan. No me costará nada de nada hacerme la sueca con esta melena rubiales que paseo. La tonta, no. La sueca, he dicho.
Si el bote no llega para viajar a Japón me podéis llevar a Valencia. He descubierto navegando por la red que la terreta tiene un trocito de la tierra del sol naciente que se llama Nozomi Sushi Bar. Un restaurante para viajar al Japón más tradicional.
Maderas naturales que contrastan con el gris del suelo, junto con los detalles blancos del techo que representan un cerezo en flor. Además, la pureza que ofrece la vegetación que se ve entre los ventanales. No me digáis que no dan ganas de ponerse unos geta (zuecos japoneses), cruzar las piernas de esa manera imposible y sorber directamente del cazo.
Pues ale, os lo he puesto fácil. Un viaje corto al continente asiático que puede quitarme el antojo de japonismo y, por supuesto, os va a salir mucho más barato.
Nozomi significa la eficacia y rapidez del tren bala y también la ilusión de un sueño cumplido. Una dualidad que conforma un equilibrio perfecto.
¿Conocéis más ‘templos’ japoneses sin salirnos del país? ¡El que no ‘viaja’ es porque no quiere!
Fotografías vía
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