No sé si os pasa, pero cuando estoy haciendo pan me creo panadera. Algo parecido me ha pasado con mi primer polo casero, y cuidado que esto va más allá. Que no os extrañe que en dos semanas monte una polería clandestina a pie de calle. Ya me veo tuneando mi bicicleta para convertirla en nevera y barra, poniéndole guirnaldas y fruta fresca al más puro estilo Celia Cruz, para ser pionera en la moda del pool-truck. Que tiemble Pinterest, el verano y las heladerías artesanas.
Me vengo arriba con poco, ya me vais conociendo. Y si me lo paso bien haciendo algo, lo hago sin parar. Sobre todo si es así de fácil y rápido. Así que se hace saber que este polo de hierbabuena y limón es el primero de muchos.
¿Os apetece que nos juntemos este verano para aprender a hacer polos bonitos? Molaría, ¿no?
Deja una respuesta