Me encanta desayunar, comer o cenar fuera de casa. Hacer un picnic, salir a un restaurante, llevarme un tupper o cogerme algo en el Thai de la esquina para comer a la sombra sentada en el césped de un parque bonito. Da igual la versión, lo importante es hacer un buen maridaje entre la gastronomía y el entorno. Últimamente me he vuelto una experta en hacer revueltos de atardeceres en la playa con casi todas las ensaladas. Todas, excepto la de lechuga y tomate. Esa es más de paseo marítimo con olor a crema y a batalla.
Hoy os traigo esta ensalada de pasta en un tarro, el tamaño es perfecto para una persona, ocupa poco en una mochila o en la cesta de la playa y es súper cómoda para comer porque no hace falta apoyarla en ningún sitio. En una mano la ensalada, en la otra el tenedor y a comerse el mundo en el escenario que toque.
Pasta, tomate recién cogido, aguacate, rabanitos, sésamo blanco y queso azul. Para aliñarla, he preparado una vinagreta de mostaza y ¡lista!. Fácil, saludable y bonita.
¿Qué os parece? Llevo un par de semanas etiquetando en instagram las ensaladas que hago en casa con el tag #ensaladameMucho y algunas ya os habéis sumado con las vuestras para que entre todas cojamos nuevas ideas y las ensaladas no sean nada aburridas. ¿Quién más se apunta?
Fotografías: Marta Simonet
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