Celebrar el amor el 14 de febrero porque lo pone en el inventario es, a todas luces, una oposición que me salto año sí, año también. Lo que trato de hacer en estas fechas es celebrar el amor a mí misma, lejos del amor por narices de catálogo, cena romanticona y pedidas de mano. Vamos a ver, que yo lo respeto todo pero no me veo con los ojos de corazones a lo emoticono de whatsapp comiéndome una magdalena rosa con un pedrusco en forma de anillo que me insinúa un te quiero dándose golpes en el pecho.
Hoy, mañana, ayer y toda la vida trato de buscar motivos por los que quererme y quererte y desde luego en los últimos tiempos todos me estáis dando razones de sobra para declararos mi amor más absoluto. Por lo que hoy aprovecho lo que dictan las masas y lo cojo como excusa para crear esta mini lista personal de 5 cosas que enamorarán a un foodie.
Si eres un foodie empedernido y quieres declararle amor al universo gastro, te invito a darte un atracón en un menú de cinco pasos. No pierdas ni un detalle de esta lista, ¡queda mucho mundo que comer!
1. Te pierden los packaging juguetones, con diseños tan creativos que da pena comérselos. La Gijonesa, una empresa del norte creada por dos jóvenes, me tiene conquistada la patata. Cajas coloridas y frases asturianas que hacen que les quieras nada más conocerles. Para San Valentín han sacado un queso en forma de corazón al que clavarle la flecha, untarlo en mermelada de pimientos y zampártelo como si este amor lo fueran a prohibir mañana. Por lo demás, latas, sidrina, quesos, mermeladas y demás maravillas a las que declararles amor eterno.
2. Te gustan las historias y aún más si son de finales infinitos. La almendra que te voy a presentar tiene una historia de amor que ya quisieran muchos Cupidos. Se trata de una almendra que soñó con ser tarta, lo deseó tanto que ahora es la mejor tarta de almendra de mi mundo. A Tarte, es una tarta artesana de almendra con alma de caramelo y galleta que te incita a tartear como nunca lo has hecho. Cada trozo que te comas es un paso más de este sueño cumplido. Además, para recordar siempre su historia encontrarás en el centro de todas sus tartas una almendra entera, soñadora (como tú).
3. Las cervezas artesanas están en el top of the table. No hay casa foodie que no tenga tres o cuatro cervezas diferentes, cada cual más craft para compartir entre amigos y hacer una semi-cata versión cervecero supremo. Para tí, querido Homer hipster, existe el kit para que hagas tu propia cerveza en casa. Una caja con todos lo utensilios e ingredientes necesarios para que (a lo cefanova) tengas tu propia cervecera en el segundo estante de la cocina. Yo lo tengo y estoy deseando que pase el mes de fermentado para probar mi propio zumo de cebada junto con unas patatas fritas moradas.
4. Tienes nostalgia a granel y recorres templos agrícolas para descubrir productos raretes que mostrar a tus amigas y ganarte el check de foursquare como food hunter suprema. Te doy un chivatazo para que sorprendas a cualquiera con tu propia granola, pruebes flores escarchadas, te pongas tibia de bombones de alubias y huelas botes de polvo de curry que bien podrían convertirse en colonia. Pepita y Grano es el sitio en el que perderte para descubrir saco tras saco ingredientes a peso que vas a desear tener a kilos. Aquí el amor te lo sirven en bolsas de papel.
5. Si te pirra la comida oriental, eres de las mías. Con mucha probabilidad te habrás enamorado en las últimas semanas de ese lugar en el que sirven baos que quisieras comerte como si fueran pipas. Por ese motivo quiero ser asiática, saber hacer ese pan y pasarme el resto de mis días cenando bocadillos orientales. Mientras llega ese punto, seguiré frecuentando como si fuera de la familia el nuevo sitio de moda para picar comida exótica mientras me mojas los labios en uno de sus cócteles. Pink Monkey en Madrid, consigue que estas dos maravillas hagan tan buena pareja que querrás ser siempre su Celestina.
Ahora que sabes todo es, ¿me quieres un poco más? 🙂
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