Me encanta la comida japonesa y me paso los días buscando recetas de toque asiático, haciendo trayectos en metro hacia Tetuán y creyéndome una geisha en mitad de la calle Kyoto. Es una suerte que me haya enamorado, entre otras, de la cultura gastronómica japonesa y no de los bocadillos americanos con extra de triglicéridos que aparecen en crónicas carnívoras.
Hay gustos para todo y momentos para todo, sí, pero mi querida aorta le da al corazoncito como símbolo de ‘me gusta esta publicación’. Intuyo que a ti también te va a gustar, especialmente el regalito que te espera al final del post.
La comida japonesa es sana básicamente por los alimentos que usan y por el tipo de cocción (o no cocción) que utilizan. Su alimentación se basa en verduras y más tipos de verduras frescas, pescado, algo de pollo, algas, soja y arroz. Si relees la frase anterior te dará la sensación de que estás leyendo las primeras líneas del diario de un culturista, por lo que ya te puedes hacer una idea que si maridas la comida japonesa con unas cuantas clases en el gimnasio se te pueden poner los bíceps como a Madonna. Y es curioso, porque los japoneses no son cachitas pero probablemente si se dejan tocar no tienen mucha grasa entre la piel y el músculo.
Además de que los ingredientes de la dieta japonesa son sanos, los tipos de cocciones son al vapor, a la plancha o simplemente se los zampan crudos, por lo que supone un paso más en el tatami hacia una alimentación sana. Para darle sabor en lugar de hacer salsas imposibles con azúcares refinados utilizan muchas especias que le dan a cada plato un sabor realmente único e identificativo.
Las cuatro patas de su cama gastronómica son: claro, ligero, ordenado y sencillo. Y sobre este lecho desarrollan todas su perfectas y deliciosas elaboraciones.
A todo esto se suma que la bebida con la que suelen acompañar sus comidas es el té verde o el agua.
Vamos a ver, que no soy nutricionista ni mucho menos pero me he puesto a buscar excusas para pedirme comida japonesa con Deliveroo en Sublime Tokyo sin sentirme doña caprichitos y reflexionando he llegado a todas las conclusiones que habéis leído hasta ahora. Así que me he metido en la web de Deliveroo, he buscado un restaurante en Madrid cerca de mi zona que fuese experto en cocina japonesa tradicional y me he pedido 2 Okonomiyakis con la fantástica sensación de que, aunque no tenía tiempo para cocinar, iba a comer un plato exótico, bueno y sano.
Eso sí, nos hemos dado el capricho de pedirlo en lugar de con té con una cerveza japonesa para disfrutar mientras mojábamos las ostras empanadas en la salsa de pepinillos.
Esta vez pedí japonés y me lo trajo un chico la mar de majo con el casco de la bici en la mano, pero hay un montón de restaurantes muy especiales a los que puedes pedir y además con el código MESAME tendrás 10 euros de descuento en el primer pedido con Deliveroo.
Y a ti, ¿qué te apetece comer hoy?
Deja una respuesta