Es miércoles y aquí estoy, en nuestra cita semanal a la fresca: #poloquemosquedao. Esta vez me he atrevido con una combinación que me ha vuelto loca, polos caseros de queso de cabra y brevas. Quizá te pueda dar la impresión de que son salados pero nada de eso, son dulzones y perfectos para utilizar como postre cuando tienes invitados en casa.
He desayunado infinidad de veces tostadas con queso de cabra y brevas, ahora que están de temporada lo hago casi a diario. Pues imagina ese manjar en un formato fresquito, cremoso y saludable que se sostiene con un palo y baila bachata en el cielo de tu boca. De verdad, el sabor es tan especial.
Si te gustan las brevas y te pirra el queso, tienes que hacer estos polos caseros porque te van a fascinar. Además, son tan sencillos de preparar que vas a poder repetirlos tantas veces como quieras.
Saca tu silla a la puerta de este blog y apunta la receta:
- Lava las brevas y córtalas a rodajas.
- Demigaja el queso de cabra.
- Echa un pelín de leche y un chorro de miel en el vaso de batir.
- Bate el queso y la leche hasta conseguir una crema.
- Añade los trozo de brevas a tus moldes, vierte la mezcla y a congelar.
Si te atreves con las experiencias fuertes y te gusta hacer temblar a tus papilas gustativas, añádeles algunas migas de queso azul. Le dará un sabor electrizante y un pelín más salado que contrastará todavía más con el sabor de las brevas.
Bueno, me voy entrar la silla que esta noche parece que refresca y mira, estos polos que tienen menos hielo y más crema me van de perlas para lamer mientras leo Comfort Food de Jamie Oliver.
Nos vemos el miércoles que viene otra vez con el palo de polo entre los dientes, ¿de qué te imaginas que serán los siguientes?
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