Las cremas me recuerdan a mi madre. A la cocina pequeña de la primera casa en la que viví. Me encantaba sentir el aroma de lo que fuera que hiciera desde el pasillo y me quedaba mirando remover la cuchara pegada a su pierna mientras escuchábamos cualquier programa de radio. Si me gusta cocinar es gracias a mi madre. Puede que las verduras y las ganas de probar cualquier ingrediente que se cruce en mi camino es, también, ‘culpa’ suya. Esta crema de cardos con almendras la voy a hacer de entrante el día 1, la disfrutaremos alrededor de una mesa en la Serra de Tramuntana y estoy segura de que les va gustar tanto como las vistas.
Los cardos son vegetales con mucha fibra que quedan fenomenal en revueltos con huevos, con una base de puré de patata o en crema como la que he preparado combinados con frutos secos (especialmente con almendras o castañas). Desde que llegó a mis manos un tarro de cardos en conserva se han convertido en la base de algunas de mis recetas y no paro de repetirme porque son el gran desconocido cuando para mí son el gran descubrimiento. Un vegetal muy saludable, facilísimo de cocinar y con un sabor que hace claqué en el paladar. Me encanta el claqué.
Para hacer esta crema lo único que necesitas es, un tarro de cardos en conserva (a mí me gustan los de Gvtarra), un puñado de almendras tostadas, medio vaso de leche de almendras, aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal, unos cuantos tomates cherry, un puñado de pipas de calabaza y unas hojitas de romero.
Ahora verás qué fácil es, ten cuento la receta de la crema de cardos con almendras en cinco pasos:
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En una olla echa los cardos, las almendras picadas y un chorrito de aceite de oliva.
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Sofríe un pelín y cúbrelo con la leche de almendras.
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Deja que hierva unos 10 minutos. Mientras tanto corta los tomates cherry y resérvalos.
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Apaga el fuego y tritura la mezcla hasta que quede fina. Añade una pizca de sal.
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Sirve la crema en un plato hondo y coloca en la superficie los tomates cherry, una pizca de aceite de oliva virgen, las pipas de calabaza y el romero.
Reparte cucharas y besos y, lo más divertido, no digas de qué es la crema hasta el final. Seguro que les sorprende el sabor y aún más el ingrediente estrella con el que has preparado en la crema. Estoy convencida de que a partir de ahora nunca va a faltar un tarro de cardos en conserva al lado de las latas de atún.
¿Has probado los cardos? ¿Cuál es tu receta favorita? Cuéntame en los comentarios porque tengo hambre de más ideas como ésta.
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